Como ya habréis observado os escribo en castellano estandar para que todo el mundo pueda entender las lecciones de suresteño, incluido las personas de otros territorios del estado español, ya que creo que nuestra lengua es una de las más desconocidas sin siquiera tener una gramática, aunque esto de la normalización y la aprobación de una gramática ha habido varios intentos, el último durante la república antes de que estallara la guerra civil española, al gallego le dió tiempo a hacer una gramática para poder enseñar el gallego y protegerlo, el catalán en los años 20 hizo lo propio, el vasco tardó más porque lo tenía más complicado al tratarse de unos cinco dialectos que eran casi ininteligibles entre sí, los vascos hicieron el bátua, bátua significa unión, fue una unión de los principales idiomas vascos para tratar de fortalecer la lengua con mayor número de hablantes o de posibles hablantes, esto perjudicó a los dialectos naturales euskeras, pero protegió los rasgos lingüísticos comunes a todos ellos del expansionismo tan agresivo del castellano-español estandar (la mayor parte de los lingüistas creen que para protegerse del imperialismo y del abuso de un poder externo que se quiere imponer lo mejor es proteger la cultura propia y impulsar una lengua propia y autóctona), esto ocurrió finalmente en la década de los 50 y principio de los 60, en mi comunidad autónoma, Andalucía, hubo varios intentos durante la república, uno de ellos impulsado por Blas Infante, pero no fructificó la gramática y la normalización que creó del andaluz bátua, en andalucía además tenemos un problema que es similar al que ocurría con la lengua vasca, que se puede decir tranquilamente que hay al menos 3 grandes idiomas o maneras de hablar, cada una debido a la repoblación durante la edad media y a los diferentes lugares de procedencia de esos repobladores, y también a la modalidad de lengua mozárabe que se hablaba en cada lugar. Generalizando a grandes rasgos se distinguen dos grandes zonas, pero son más, la andalucía oriental en donde hablamos dialectos muy emparentados con el murciano y la lengua navarroaragonesa, el mozárabe por supuesto, con catalanismos y valencianismos y muchos provenzalismos también. Y la andalucía occidental que hablan un mozárabe mezclado con muchos influjos astur-leoneses y portugueses y la zona central andaluza que se nutre de estos dos grandes núcleos de dialectos, a todas estas hablas andaluzas hay que sumarle la influencia que tiene la lengua castellana estandar por imposición y por tanto como lengua de superestrato. Con todo este mejunje es muy complicado tirar adelente cualquier intento de normalización lingüística, a pesar de que es necesario y sería positivo para crear una sociedad sana y satisfecha consigo misma, y para conservar nuestra cultura y nuestro patrimonio, no sólo para nosotros mismos sino para el resto de pueblos de España y de la humanidad.
La diferencia que hay entre una lengua y un dialecto no es una diferencia científica, sino sociopolítica, o sea que científicamente no hay diferencias entre dialecto y lengua, las diferencias son impuestas por un interés ajeno a la lingüística, así por ejemplo un dialecto no goza del reconocimiento sociopolítico que tiene una lengua y muchas veces no tiene representación escrita, pero eso no quiere decir que no sea una lengua científicamente hablando, la mayoría de las lenguas que se hablan en el planeta tierra no tienen escritura, lo que no las hace menos que una lengua estandar que goza de la aceptación de un grupo humano, a veces esa aceptación acarrea una mejora en la escala social y económica, porque la lengua de aceptación suele ser la del invasor o la del que maneja el poder, y por tanto tiene mayor prestigio, pero es algo ajeno a la efectividad de una lengua a la hora de comunicarnos entre nosotros a cualquier nivel.
Este artículo es también una llamada de protesta, una pataleta o llamadlo como queráis, para que desde el estado se tomen medidas para proteger todas las variedades dialectales de su dominio territorial, y para que se quite de una vez por todas la idea perjudicial de que el hablar diferente es malo, más bien todo lo contrario, y sería una nueva etapa para reconciliarnos con todos los pueblos que habitamos esta piel de toro, y para aceptarnos mutuamente con nuestras diferencias y nuestros parecidos, en definitiva de respetarnos de verdad, sólo pido un poquito de por favor.
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